sábado, 15 de diciembre de 2012

Una sombra con nubarrones, por epidemia

Otro año más; otras navidades que arriban cumpliendo, como siempre, almanaque y estación invernal; con añoranzas y sensaciones contradictorias, que nos llevan de la alegría a la tristeza, de la celebración, a la incapacidad de disfrutarlas plenamente. Porque serán fiestas divididas por la aflicción y la pobreza que nos rodea. 
De nuevo me sobrevienen pensamientos que saltan descontrolados, sin llamarlos, en pos de una mirada hacia tanta gente (cada vez son más) que no conozco pero que están y que sentirán son las más desafortunadas; dramas que no son cualquier cosa, vidas en catarsis sin saber que será de ellos y de sus hijos mañana, criaturas con la urgencia de poder sobrevivir en un montaje que ya no les pertenece ni los reconoce. Que los ignora  

Lo siento, no estoy optimista, tolerarme este nubarrón cargado de pesimismo pero no quiero estar en una nube irreal de cuento fatuo e insostenible; deseo estar en mi mundo, el nuestro, éste mismo que se porta mal según con quién, que es el que hemos hecho entre casi todos (aunque me cueste y avergüence reconocerlo), pero, el que me hace sentirme viva y ser parte de él; a veces compasiva, también agradecida al mismo tiempo que descarnadamente incrédula; pero aún así, me sigue pidiendo aferrarme con fuerza, y siento me hace aún más luchadora  

Yo, que tan de cerca siempre he tenido el dolor de la enfermedad, por mi profesión y, en consecuencia, el convencimiento de que éste era el único sufrimiento verdadero o válido que existía, la única y exclusiva angustia capaz de despojarnos de la ilusión y alegría de vivir; único gigante a quién temer; y ¡mira por donde! ahora no me queda otra, que aceptar una nueva enfermedad llamada pobreza, que se ha convertido en "epidemia", y que no estaba en la lista de enfermedades reconocidas, al menos en los países se suponían disfrutaban de una sociedad del bienestar, pero cuyos efectos devastadores ya los venimos confirmando a diario

Soy una privilegiada, cierto, y también reconozco que nunca merecí ninguna prebenda más que nadie. Tengo que empezar por aquí. Debo establecer un reconocimiento, en voz alta, para entonces preguntarme: que hay que hacer, como apoyar, como vivir estas fechas para poder disfrutarlas sin olvidar lo que me rodea; y por otra parte, cuestionarme ¿tendremos que cambiar desde ya?, por supuesto que tenemos cambiar, y cambiaremos; daremos un paso gigantesco como seres humanos, seremos más auténticos, más solidarios, porque compartir será la norma; ya nada de lo que tengamos pensaremos que es por derecho; la creatividad será un valor en alza; daremos paso al valor y la grandeza de las cosas sencillas.... Y por supuesto agradeceremos a diario de forma sincera y amable  





1 comentario:

  1. Dicen los expertos que en España vamos a retroceder 20 años en el bienestar alcanzado y que la pobreza alcanzará niveles del 40%. Me quedo con la segunda mitad de tu último párrafo. La Esperanza en el cambio nos impulsará.

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