Son las personas las que hacen que los momentos sean especiales

En primer lugar y antes que nada, os deseo a todas/os  un Nuevo Año (en mayúsculas para cuidar su importancia) muy venturoso y fértil, tanto en lo espiritual como en lo material. 

Estaba planchando la lavadora de esta mañana, la misma que tendí antes de pillar puerta para la última despedida (en esta ocasión en el aeropuerto) y recogida del tendedero de la azotea, hace ya rato. Justamente en el acto del planchado, me ha venido un rebobinado de momentos vividos estos días atrás, y toda la inspiración, desde el corazón, para escribir esta entrada.

  

De toda la vida de Dios, me ha privado abrir frigorífico post-días especiales del año y comprobar, felizmente, que está repleto de cosicas buenas, en este caso (como hoy), preparadas para nochevieja y para mi tropa; sin duda serán engullidas en los próximos días, tras la cómoda faena de, sin tener que encender fogones, abrir una lata de birra y acompañarla con cualquier exquisitez preparada de antemano y metida en un tupperware, o empaquetada pero aún sin haber sido abierta tan siquiera.

En este momento me ensaño con un pedazo de cerdo de apellido ilustre, "jabugo", que será siempre el único responsable de mi no alistamiento a la saga humana que se hacen llamar vegetarianos 

Mi batallón se ha marchado ya, dejándome el frigo de esta guisa nada despreciable y, también, con el alma afable, impregnada con un regustillo de dulces momentos; mucha juventud, buen humor, generosidad, bastante cariño, y demasiados detalles que aportaron con tanto mimo e ilusión; incluida mi 'visinita' y amiga 'A'. 

No es un gran batallón por el número, son cinco (con ganas por mi parte de aumentar al menos en uno por aquello de formar un número primo con el que ocupar todas mis sillas de comedor maravillosas, aunque pendientes de restaurar; sin embargo es egregio en cuanto a  envergadura humana se refiere. 

Son grandes los muy joíos, cada cual en particular aporta ese extra especial y singular, haciendo del total un resultado de tal magnitud ante el que es imposible mantenerse indiferente

Con ellos comencé un Nuevo Año, especial por muchos motivos; un día tan verdadero como único desde el minuto uno hasta bien entrada la noche. 

Un cúmulo de momentos mágicos se fueron dando cita a lo largo de la jornada, incluso imprevistos acompasados por la calidez del sol y del mar