domingo, 3 de febrero de 2013

Inocencia a los 50

Estoy deseando ver la nueva película de Almodóvar " Los Amantes Pasajeros", que por las escenas que nos anticipa la tele, promete regalarnos un grandísimo rato de buen humor y de buenas vibraciones; en esta ocasión me da el feeling de que con su retranca habitual de reírse hasta de él mismo y de las situaciones surrealistas que se saca de la chistera, vamos a disfrutar y a olvidarnos, hasta perder la noción del volumen de la carcajada. Me encanta reírme en el cine a mandíbula batiente

Inocencia se llama mi amiga,(nos vemos de uvas a peras pero me da mucho regodeo verla porque me aporta ese contrapunto de buen rollito que hace que siempre que nos veamos, nos entendamos sin dar demasiadas explicaciones de ahí para atrás); entre otras cosas, me hace gracia que parezca, a veces, una matahari  cuando, a la vez en el fondo, posee la misma particularidad que hace de los niños criaturas candorosas y desprovistas de malicia (inocencia). Sin embargo se da en ella, y es por esto, que el disparate de lo que puede acarrear es macanudo, pudiendo provocar situaciones de lo más desatinadas e incómodas como es el caso.

Resulta que mi amiga 'I' se encontraba en una estación de trenes muy transitada esperando a sus hijos ya mayores -y cuando digo mayores me refiero a adultos independientes- que volvían con ella a pasar unos días; también se daba el hecho de que su novio aterrizaba una hora más tarde, y lo hacía en otro andén cercano. La estación de ferrocarril no era la Gran Central de NY, pero tampoco la estación de Ciudad Real, de nuestro admirado cineasta Pedro Almodovar; por lo que ella, muy fumadora, se adelanta un buen trecho en el andén a fumarse un pitillo y en estas, se cruza con un guardia civil (que estaba de servicio) y a la vez, sus miradas; como tantas veces puede ocurrir en la vida en cualquier parte del mundo. Hasta aquí todo normal

Al cruce de miradas, fortuito, le sigue una conversación: él -¿que hace?, ella -espero a mis hijos y más tarde llega mi novio; ella- pues yo tengo un primo también en el cuerpo, trabajó en este destino y ahora se encuentra en tal otro, se llama.... ; él -¡ ah sí, se quien es!, fuimos compañeros un tiempo ....... Lo que en un principio fue una conversación a todas luces cordial poco a poco va tomando fluidez e imagino que expresividad (ella está de muy buen ver y a la vez es una persona risueña con bastante buen humor). 

Él continúa hablando elocuentemente y, de pronto!, le dice que le apetece mucho abrazarla, pero que se puede jugar el puesto si lo hace allí mismo, porque las cámaras de seguridad están por todas partes y no es plan; entonces  los dos convienen en darse el abrazo en los aseos de la estación. 
Una vez dentro del aseo de minusválidos (se suponía abrazo cómodo y amplio), el guardia civil se le tiró como perro en celo provocando en ella un grito con sacudida y empujón desmedido, profiriendo conmocionadamente una exclamación desatinada por lo exagerada ¡¡¡pero tú que haces gilipollas!!!! y saliendo de allí pies p'a qué os quiero.


"La inocencia de mi amiga entró en escena y al trapo de lo que el cani en cuestión se venía urdiendo, habitualmente, en sus horas de entregado servicio. Ella no consideró que cosas más severas e intransigentes que una porra, pueden estar acechando detrás de cada uniforme y en cualquier esquina de nuestro redondo planeta"


....¡Y es que la realidad, supera en mucho a la ficción!

2 comentarios:

  1. Si tu amiga le vende la historia a Almodóvar seguro que la cambiaria algo y habría algún gay por el medio, pero seguro también que ganaría pasta con la historia!!!!! :-D

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