lunes, 26 de marzo de 2012

Afición y semántica

Mis amigos senderistas, y geniales fotógrafos 'C' y 'F', acaban de estampar un nuevo palabro para introducirlo en las crónicas de nuestras salidas domingueras. Concretamente ha sido en la narración que ayer hicieron sobre la ruta a la maravillosa sierra de La Pila (Murcia). Ocurrió que nuestro literato-logista-ideólogo-pedagogo......, y amigo 'C', dejó plasmada en su crónica la expresión 'cincuenta sendereños', haciendo alusión a la peña que integrábamos la excursión. 

Nada que objetarle a mi amigo 'C',  que apostillaba la nueva acuñación con una base léxica en toda regla, ni a mi otro amigo 'F' que incluso lo daba por válido mucho antes de que lo leyésemos el resto, ¡faltaría plus hasta ahí podíamos arriver!. Pero me ha encantado el palabro y quería, a toda costa, corroborar su dichosa existencia, y por tanto celebrar con ellos este bautizo semántico-senderístico, demostrándoles mi alegría ante la importancia de su puesta en función  

El caso es que, a bote pronto, a mi me recordaba a la palabra 'manteña' (por aquello de la terminación 'eña), expresión criolla utilizada cuando quieres darle a alguien recuerdos para otra persona. Se le dice 'fala manteña', creo recordar. 
Pero nada más lejos, ni más cerca. Este sendereño es Hispaneño. ¡Con un par! 

En cuanto que he podido, me he ido a buscar sufijos para saber un poco más de mis amigos y de nuestra lengua, a veces limitada, por el uso repetido de las mismas expresiones.  Ojiplática me he quedado cuando leo que con el sufijo 'eño' se forman algunos adjetivos derivados de nombres, ejem: abrileño, barreño, lugareño, madrileño.......y otros muchos. 

¡Que torpe e inculta soy! pensé, y además desmemoriada porque en el cole lo tuve que dar ¿no? pero ¡era tan mala estudianta!
Acto y seguido imaginé dedicarles una frasecita al pelo. Como de piropo: "que halagüeños nuestros sonrisueños 'sendereños' que con tanto desempeño nos hacen pedigëños de sus pradeños sueños".


                                                     Pico de la Pila

Nunca hubiera imaginado que esta afición, tardía, me diera tanta felicidad. 





miércoles, 21 de marzo de 2012

Ingrediente infalible.La Actitud

No sé si a ti te pasa, pero al menos yo necesito salpichirri diario, ilusionarme con algo, alegría buyanguera, cambios, incluso alguna sorpresa y no precisamente envuelta en papel de regalo con pompón y lazo rosa. 
No soporto los días iguales, insistentes, isoeléctricos y aburridos. Me dirás que como lo hacemos, si todos los días, por cojones,  es una repetición de lo mismo. Levantarnos a la misma hora para entrar a trabajar y comenzar por lo mismo del día anterior en el mismo minuto de siempre, las mismas caras, los mismos temas, y por la tarde, equiliquá, la misma rutina de días anteriores, que por preferencias y necesidades vitales elegimos en un instante de reflexión nada profundo sino más bien arrastrados por el impulso vital del momento. 

Y así un suma y sigue. Un día tras otro. Un mes, un trimestre (me molan los trimestres porque me aportan novedades las 'estaciones' del año, tan distintas y tan poderosas a la vez las muy joías).

La monotonía me enferma de hastío, y hasta puede llegar a hacerme el harakiri.

Pero hoy, mira por donde, ha sido un día diferente (me pasa con relativa frecuencia) y me preguntaba porqué si no me he desviado un ápice de mis repetidos quehaceres. No he quedado con ninguna amiga/o, ni me han dado ningún alegrón especial, tampoco me ha tocado la lotería, y sigo con la cuenta corriente tiritando. Igual que ayer.

Pensé en el sueño que tuve ésta noche pasada, como posible responsable directo de mi  motivado día, pero lo rechacé de plano porque solo fue eso. Un sueño.
Nos invitaron a un aperitivo tras el curro, y aunque lo  agradecí, tampoco me ha causado especial subidón porque estaba deseando llegar a mi choza para ponerme en pantuflas y marcarme un siestón de esos que parten la pana, liada en mi manta siestera de Ikea; tampoco he recibido noticias de recuperar algo que me deben y que necesito recobrar, y las personas a las que añoro, siguen estando tan lejos y tan inalcanzablemente cerca como siempre, como para poder repanchingarme con ellas marcándome unas risas o un bis a bis estimulante... . ¿Entonces? 


Ocurren dos cosas. La primera que no hay un día idéntico a otro, aunque se haga siempre lo mismo los días transcurren distintos. Pasa como cuando haces un potaje de lentejas a lo largo de años con la misma receta. Nunca sale idem.  
Hay otra cuestión igual de evidente que la anterior y se trata de nuestra Actitud ante la vida, pero esta no es casual sino causal. Unos días sin saber porqué y otros pretendiéndolo, estamos más comunicativos, condescendientes, positivos, apasionados...., como consecuencia nos embarga una 'Alegría'  conocida que tras acechar, a vuelta de la esquina, viene a nuestro encuentro atraída por la actitud. 
Todo fluye, incluso puede que sucedan cosas que deseamos, y en el caso de que no ocurran, nuestro espíritu está por encima de todo.Nos encontramos Bien y eso basta.

" La vida es un misterio, desvélalo"


martes, 13 de marzo de 2012

El poder de un pulso

A pesar de haberme vacunado, he pillado el virus de la gripe, o mejor dicho, el puto virus me ha pillado a mí. Eso sí, ha venido con menos humos, más humilde y menos cabrón. O es que tal vez, la vacuna que me endiñó mi compi A, no le haya dejado cebarse porque no me ha causado estragos como antaño: fiebre altísima, tiritonas bajo cuatro mantas pegando botes como si fuera la niña del exorcista y toda mi osamenta lo más parecido a un saco repleto de huesos doloridos y descoyuntados. 
Terrible! tres días de cama y una semana para recuperarme no me los quitaba nadie.

El primer día de echar los pies al suelo, no sabía si andaba o levitaba, y mi primer contacto visual con el espejo me consternaba, siendo ese el mejor momento de sacarles rendimiento a mis pinturas y maquillaje, haciendo un uso puntualmente exagerado de ellas- me tuneaba la cara hasta dejarla como una caroca- para convencerme de que estaba viva y que conservaba el color de los mortales. Desde entonces creo firmemente en las pinturas y nada en las super bellezas que nos muestran las revistas.

Nos 'obligaron', no hace mucho, como grupo de riesgo que somos, a ser los/as que abriéramos la veda de las vacunas, y todo cambió para mí. Hay inviernos que ni me roza, y cuando lo hace, es como de soslayo con cierta modestia, me ataca tímidamente, tanto es así que el sábado no reconocí su presencia. 
Por la noche me encontraba extraña (pensé en la juerga, con excesos, de la tarde anterior con mis compis de curro), un dolor de cabeza terrible, que muy raramente me pasa, con ascos a la comida y al tabaco, y me dio el filing de que algo no iba lo derecho que yo quisiera, porque salía en bici al día siguiente. 
Verás, toda la semana soñando con esa excursión tan, tan deseada, por el campo de Cartagena con el grupo de Via Libre (biciclistas de pro) y ahora se me iba a fastidiar de pleno, me negaba a ello, no podía ser, y no me apeaba del burro a que por narices me iba al día siguiente. 


Pero 'eché pal monte', esta vez en bicicleta, porque amanecí alegre y capeé el temporal endiñándome un gramo de paracetamol. Con la ilusión y 6 euros metidos en la mochila, el sol de frente, el grupo, el campo precioso, parada en la ermita de la Magdalena con degustación de un vinillo dulce de la tierra, la visita al Museo Etnográfico y, luego, una paellíta en San Isidro. Felicidad 'casi' completa.


Mi espíritu y mi cuerpo aliados, y haciendo piña con el Universo durante todo el día.

Pero fue ayer de madrugada cuando un castañeteo interno me despertaba una y otra vez, y el dolor de cabeza que atizaba de la hostia. ¡Coño, como no ir al curro si el día anterior me había ido de marcha!. Allá que me fui enferma y poseída por el minúsculo y puñetero acompañante a dar el callo con mis pacientes, que estaban, con diferencia, mejor que la menda. 
A la salida del laboro, pies paqué os quiero directa a la cama para atacar con la mejor defensa en estos casos: paracetamol, cama, caldito, paracetamol ...y, estricto reposo para superar el trance en el menor tiempo posible.


Si es cierto lo que nos mostraron Punset (en el último capítulo de redes) y Mónica de la Fuente Catedrática de Fisiologia de la Complutense, si realmente el mejor predictor de la salud es el sistema inmunitario y este se se ve reforzado y/o activado con cuestiones tales como, hábitos de vida, comida sana, ejercicio físico, actitud positiva ante la vida, vivir en pareja felizmente...etc.
Voy a tener que ponerme manos a la obra para no dejar atrás la oportunidad de quitarme años (biológicamente hablando) echándole un pulso poderoso y gratificante a los de mi partida de nacimiento.

Uhmmmmmmm!! Veamos, ¿que cosas me faltan?.............................










  

sábado, 10 de marzo de 2012

Todos los días del año

Bien, ya pasó el día de la mujer trabajadora y ahora, aquí a toro pasado, quiero hablar de ello contigo, porque me apetece, sin más, y porque es importante para mí hacerlo. Sin histrionismos, sin presiones, sin influencias mediáticas políticamente correctas,  sin hacer apología coyuntural de esta fecha. Sin retórica. 

Porque además hoy día 10 de marzo, también es nuestro día y el de todas las mujeres que conozco que se lo curran, que luchan como nadie, no solo por ellas sino por sus hijos, sus nietos, y por todo aquello que aman. Y también es el día de aquellas mujeres que ya no están porque nos dejaron, 'jarticas' de luchar y de trabajar, de anteponer el beneficio de su gente al suyo propio, con alegría, determinación y mucho entusiasmo aún rotas por dentro.

Y mañana también lo será, y pasado mañana, y todos los días del año, de este año y de todos los años venideros. De todos los días del resto nuestra vida. 

Porque un proyecto de vida no se lleva a cabo en un solo día, son muchas las luchas concatenadas durante semanas, meses, años... Un proyecto vital está saturado de muchas dificultades en ocasiones ninguneadas por unos pocos, pero superadas y, como no, silenciadas por sus protagonistas para no mermar energías propias ni la de sus seres queridos. Son muchos los reveses encontrados en el camino y salvados a costa de coraje, de desvelos jamás revelados y aún menos exhibidos, si cabe, en ocasiones disimulados. 
Es una vida constante de no bajar la guardia sin desviarse del objetivo, protegiendo siempre, amando con el despego que caracteriza a la generosidad del amor, educando en libertad, mostrando a los hijos que la autosuficiencia les hace libres; haciendo acopio de voluntad y esfuerzo, a veces ausentes, para no sucumbir aún a costa de la salud, y siendo inasequibles al desaliento. Anteponiendo siempre  aquello que consideran su mayor tesoro: la familia, el compañero, el trabajo.... En definitiva aquello que se ama sin medida y en lo que se cree firmemente.


Por todas nosotras y, en particular, por aquellas a las que la vida se lo ha puesto especialmente difícil para poder llevar a cabo su cometido.


Y como no por vosotros, los que nos conocéis y valoráis, caminando a nuestro lado y haciendo fácil lo difícil.