"Sin chulo que me chulee"

Mi cerebro se reprogramó un mes antes de que comenzara el nuevo año; tomó una decisión y se anticipó a la que hubiera conllevado un propósito de calendario. A resultas de esto, este año, el tema propósitos lo voy a aplazar un tiempo, porque quiero disfrutar a fondo de la  sensación de plenitud que percibo. Para ser franca, estoy que me salgo y que no quepo en mí; y es que aquella cuenta pendiente de la que os hablé hace poco más de un mes, con visos de magia para algunos, por posibles influjos de una luna llena, continúa estando vigente y sin expirar; esto no tiene marcha atrás 
No fumo. ¡A piñón!

Mi boca ya no sabe a cenicero; mis esfuerzos, cuando hago deporte, ya no tienen que ir en pos de impedir que el corazón se me salga por la boca; el bolsillo me lo está agradeciendo e incluso el aspecto de mi piel; también mi tiempo, dispongo de más horas (a ver!, calculo gastaba unos 144 minutos/ día = 2 horas 24 minutos, entre liar y fumar cada uno de los doce cigarrillos que de media encendía, sin contar el tiempo de comprarlo); la comida me sabe mejor; y en lineas generales: "ya no tengo chulo que me chulee", como reza el argumento star de mi terapeuta  'Dr: R'

Mi mejor amiga, yo misma, no lo hubiera creído, y es que ignoramos que tipo de procesos se van fraguando y conspirando, en nuestros adentros cerebrales, hasta que  tomamos decisiones (a todas luces) repentinas, valientes y con la determinación y certeza suficientes como para que nos acarreen un éxito seguro. Y por otra parte, tenemos un desconocimiento tremebundo de nosotros mismos, pensamos que no somos capaces (que fulanita/o sí que lo fue, pero yo, ¡imposible!; y en fiestas navideñas, puff! es inviable porque, con tanta celebración, entran ganas de compartir ese delicioso y puto cigarro hasta con un trozo de turrón.....) Y así, un suma y sigue de mensajes negativos que refuerzan nuestra actitud adictiva ninguneandonos e impidiendo logros consistentes

Mis pesquisas sobre las decisiones  me han llevado a  las teorías que el profesor Punset sostiene sobre el papel primordial del subconsciente sobre aquellas. "Antes de entrar en la conciencia, muchas decisiones ya están tomadas por complejas redes cerebrales"

La decisión consta de:
Primero: Proceso cerebral que nos lleva a elegir una cosa y no otra u otras
Segundo: Conscientemente sabemos qué queremos hacer

Pero es que, antes de esto, se produce un procesamiento inconsciente que prepara nuestra decisión, y que nos conduce hasta ella, influyendo en la manera en que la parte consciente elige 
http://www.rtve.es/television/20110213/redes-decisiones-son-inconscientes/406109.shtml

Osea, que después de todo este batiburrillo cerebral, para decirnos que el inconsciente, ese sujeto (durante tanto tiempo) desprestigiado, despreciado y a veces vilipendiado verbalmente por todos los mentores de las cabezas poco amuebladas y/o equilibradas, ahora resulta ser la parte aguda y valiente; la que arriesga y apuesta por lo que más nos conviene; y el consciente, un mandao que obedece órdenes pero que queda como el bueno y listo de la peli