Si fuera manantial, lo sería en un desierto para hacer realidad la esperanza de quien llegara sediento y, aún yéndose de mi lado, no me olvidara jamás
Si fuera una nube, escribiría tu nombre en el cielo para pasear junto a ti y brindarte la ocasión de volar
Si fuera viento, entraría suave pero suficiente, para mecer y hacer contonearse, para mí, a esos campos de trigo fresco
Si fuera lluvia, sería constante y plácida, dejándome caer sin demora cuando la tierra me lo pidiera
Si fuera rayo de sol, me metería entre las nubes y, en un día gris, me colaría a través de la ventana, de cualquier estancia triste, calentando y arrancando una sonrisa
Si fuera río, fluiría siempre sobre la tierra, no me escondería jamás, salvo para jugar con quien viniera a buscarme
Si fuera hoja, sería grande y, habitaría en un árbol de tronco y ramas secas, mortecinas; para que no me abandonaran nunca
Si yo fuera tú, le abrazaría y besaría, sin horas
Si yo fuera lápiz, diría gástame en tierna poesía hecha vida.
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