lunes, 16 de julio de 2012

De mujer a mujer

Ahora, cuando pasó la juventud, mi vida se parece al fruto que ya nada tiene que perder...
y espera, espera a alguien para darse toda entera, con toda su pesadumbre de dulzura
Fragmento "Imagen de la Vida" de Rabindranath Tagore

"Otra época, otra forma de concebir el paso de los años. Ese fin inalcanzado les hacía languidecer y arrugarse no solo por fuera..."

Mi padre jugaba a un acertijo con la gente joven que pasaba unos minutos con él. Les decía, dime que es lo que 'no' ves en el espejo y tienes cuando te miras en él: "la juventud" exclamaba encantado por la compañía joven que en ese momento le miraba con cierta decepción ante la inesperada y 'tonta' respuesta. Yo creo que entre otras cosas, pretendía activar en ella, el reconocimiento de esa certeza sin tasar, como diciéndole: despierta, disfruta de esta época que pasa y no vuelve, sé agradecida, alégrate y aprovecha esta etapa con plena consciencia.

Lógicamente yo entradita, ya hace, en los cincuenta, no me podía dar por aludida, pero tampoco miraba para otro lado y recapitulaba interiormente y con simpatía, mi propia juventud, y el guaseo que me producía mirar allá, al futuro. Ese horizonte desdibujado, inimaginable y extrañamente ajeno a mí. 
Como queriendo seguir el guión y adaptándolo a mis hechuras de ahora, y ya con menos pitorreo, pensaba en la madurez
¿Y nosotras? ¿que cosas buenas en este punto del camino se nos ofrecen si ya la juventud pasó, y la decadencia implacable al paso de los años ya se ha instalado de forma definitiva, tanto, que el cuidado por desacelerar este proceso incluso a veces lo convertimos en una obsesión? ¿y nuestro carácter? ¿se nos ajará también? ¿que nos queda? ¿que podemos esperar? ¿en que nos convertiremos?....

Jane Fonda nos habla de ello en lo que ella llama el "Tercer Acto" (las tres últimas décadas de la vida), y plantea como utilizar este tiempo; propone, aún inconclusas, una manera de terminarnos; manifiesta, como el espíritu humano se mantiene en ascenso hasta alcanzar la plenitud, autenticidad y sabiduría. Sugiere con verdadera convicción que el iniciar una revisión de nuestro pasado, éste nos da la oportunidad de poder cambiar, estableciendo así nuevas vías neuronales y creando otras señales químicas y eléctricas cuando creamos sentimientos positivos, modificamos reacciones ante acontecimientos vitales que en otro tiempo nos alienaban, y activamos actitudes o estados de ánimo decididos.
Insiste: "lo que nos hace sabios no son las experiencias en sí, sino el reflexionar sobre ellas", esto, dice, nos ayuda a ser íntegros y auténticos.


 http://www.ted.com/talks/lang/es/jane_fonda_life_s_third_act.html

¡Mucho por hacer!


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