Tengo la bandeja de entrada, del correo, atiborrada de mensajes de una peña de amigas. El motivo de dicha saturación es el hacer un obsequio de cumpleaños a una compañera del grupo, porque ella lo vale, y porque ha cumplido una década si no prodigiosa, sí maravillosa, lo cual significa un "mojón", una señal en el camino que puede marcar una nueva dirección, vale que no contraria pero sí puede que divergente, un trayecto distinto, atractivo, vital. Por lo tanto, no es un aniversario cualquiera y el cadeau nos lo tenemos que currar. Tiene que ser algo que no se olvide fácilmente.
Entre ellas se devanan los sesos, ¿ que comprarle ? El mercado está a tope de objetos bonitos. Cierto. Pero hay cosas que una a veces no se las compra, por prioridades, por pensarlo demasiado, por la crisis, por rubor, porque se supone que son prescindibles, e incluso porque si te las pillan tus hijos en casa pueden pensar (equivocadamente) que eres una maníaca. Craso error.
Las casas están llenas de recuerdos de toda una vida: de viajes, de momentos, de relativas necesidades, de pragmáticos artefactos que apenas los utilizas tres veces al año a pesar de ser todo lo prácticos y divinos de la muerte que nos dijeron cuando aquel año, en el que se vendieron como rosquillas y se pusieron de moda, los tuvimos que pagar en doce cómodos plazos para depositarlos más tarde en una incómoda plaza de estante, o en un rincón inaccesible del último armario de nuestra escueta cocina.
Los roperos los tenemos repletos de trapos, en ocasiones, de hace más de un decenio, pero que por nada del mundo queremos desprendernos, porque la mayoría de prendas están estupendas y no vaya a ser que un buen día nos dé por vestirnos vintage, y añoremos lo que de puro aburrimiento amarilleaba y se caía de la percha cada vez que hacías el cambio de ropa de temporada.
Por otra parte, las tallas aunque son casi exactas y por lo general vienen al pelo, pero ¿ y la altura? ¿ como te arriesgas ? ¿ y los colores? ¿ y el estilo ? ¿ como comprar una prenda y acertar....?
La cosa es que pensando pensando, justo se nos ha ocurrido atajar en plan utilitario, y que los tiros vayan en la linea de 'Pandora Rebato'. Un artilugio lisonjero que lo disfrute cuando lo demande, que le aporte bienestar, que lo pueda poner encima de una mesita para introducir los aretes y esclavas que se compró cuando estuvo en México, y que sus hijos, cuando lo vean, se rían de las cosas incitantes y divertidas que tiene la vida de la madre que los parió. Ya llegarán ellos!!
Eso sí, junto al juguete: "un libro", para tener presente que el espíritu se antepone siempre, pero que puede convivir en perfecta armonía con lo mundano.
" Orandum est ut sit mens sana in corpore sano".
No hay comentarios:
Publicar un comentario